En el Día Internacional de la Mujer, le damos voz a algunas de las mujeres más influyentes y respetadas de España. Bodegueras, enólogas, sumilleres, directoras de comunicación.
En la actualidad, son muchas las mujeres que trabajan cada día por dar a conocer la exclusividad y versatilidad del vino en España. Tantas, que podría resultar innecesario hacer este reportaje. De norte a sur de nuestra geografía, cada vez son más las profesionales que, apasionadas por la cultura del vino, deciden focalizar su carrera en el sector vitivinícola. Porque hace tiempo que el mundo del vino dejó de ser masculino.
Los cargos y funciones que han desempeñado las mujeres en este sector han evolucionado con el paso de los años. Hoy, el del vino presume de ser un sector igualitario en el que ha dejado de ser extraño ver a mujeres ocupando cargos de responsabilidad: enólogas, bodegueras, directoras de exportación, de marketing y comunicación, responsables del área de enoturismo, propietarias de viñedos, venenciadoras, capataces.
Por ello, con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra el 8 de marzo, desde Cocinillas reconocemos a todas las profesionales que, gracias a su esfuerzo y dedicación, han contribuido desde sus diferentes áreas a que los vinos españoles tengan un mayor reconocimiento nacional e internacional. Mujeres comprometidas con sus raíces que reivindican con éxito los potenciales del territorio, para las que el vino no es sólo un trabajo, sino una forma de vida. Así asisten a la consolidación de su presencia en el sector del vino estas 10 mujeres más influyentes.
Ana Barrón, enóloga y directora técnica de Marqués de Vargas desde 2016, ha vivido siempre rodeada de viñedos. Desde su Rioja natal hasta que se fue a estudiar a Burdeos, la capital francesa del vino, para regresar a su tierra con todas las herramientas para comprender e interpretar sus propios vinos.
Su personalidad curiosa, exigente, humilde y meticulosa va ligada a la búsqueda de la excelencia, lo que le lleva a elaborar vinos de gran calidad y personalidad, que representen la tipicidad e identidad del terruño. En el día a día, Ana reparte su tiempo a partes iguales entre viñas y barricas, en el campo y en la bodega, ya que considera que ambos son necesarios para crear grandes vinos.
“Las mujeres siempre han estado presentes en el mundo de la vitivinicultura. Al principio como ayuda en el viñedo, pero más tarde ganando terreno y protagonismo”, dice. “Hemos sabido luchar y trabajar mucho, y poco a poco se está consiguiendo visibilizar una igualdad de géneros dentro del sector, en el laboratorio, en administración, al frente de las bodegas o controlando todo el proceso desde la viña hasta su comercialización. El futuro pasa por eliminar cualquier barrera que impida a la mujer sumar y crecer. Y premiar siempre la profesionalidad”.
Camino Pardo, enóloga y CEO de Bodegas Nexus&Frontaura
Camino Pardo es una de las enólogas más relevantes y visionarias del momento. Con dos décadas ligadas al mundo del vino a sus espaldas, su infancia transcurrió en las riberas castellanas que dominan el arte de la vendimia y la entienden como una cultura y como una forma de vida. En los años 90 pasó a liderar la marca Frontaura en Toro y Nexus en la Ribera del Duero, aportando cultura, calidad y tradición a ambas bodegas.
“La mujer más famosa del sector es la viuda Clicqot, la gran dama del champagne, y de esto hace ya 2 siglos. Desde hace unos años asistimos a un crecimiento de la presencia femenina en el sector, a nivel profesional y también como consumidora. Por un lado, hay una mayor visibilidad de la mujer rural y por el otro la mujer profesional es recibida con normalidad. Lo que nos hace más visibles es la autenticidad de nuestro origen y la pasión con la que defendemos lo nuestro, lo que nos hace especiales”, expone Pardo, en cuyas bodegas son mayoría las mujeres trabajadoras.
“La valía de un profesional no se mide por su género. En mi caso todo empezó en Toro (Zamora), un lugar singular donde aprendí a respetar la naturaleza y comprendí que somos instrumentos de ella. El vino te exige entrega, seas hombre o mujer. Yo amo el vino y lo que hago me hace feliz. Si un hombre siente lo mismo que yo, eso es igualdad”.
Helena Rivero, presidenta de Bodegas Tradición
Tras licenciarse en Derecho y completar su formación en Nueva York, Helena Rivero inició su carrera en el mundo del arte para gestionar el patrimonio familiar de Bodegas Tradición, que cuenta con una de las mejores colecciones privadas de pintura de Andalucía. En la actualidad, Rivero compagina estas funciones con la dirección de la histórica bodega jerezana, fundada por su padre, y lleva a cabo distintos proyectos inmobiliarios centrados en el turismo.
“Ya no veo únicamente mujeres aficionadas, con interés en el mundo del vino, o mujeres que por circunstancias tuvieron que aprender todo de cero para hacerse cargo de una bodega. Ahora veo mujeres que eligen dedicar su vida a este mundo y se preparan de forma exhaustiva desde muy jóvenes”, destaca. “Si me remito a los archivos históricos de Bodegas Tradición, algunos de los cuales datan de 1650, muchas de las decisiones que en su día tomaron mujeres fueron determinantes para el futuro de los negocios bodegueros más importantes de la época, de lo que se deduce que la mujer, al menos en Jerez, ha ejercido siempre más peso en el sector de lo que pensamos, aunque estuviera en la sombra”.
Rivero recuerda que todas las denominaciones de origen cuentan con proyectos en los que la presencia de la mujer es relevante, y se enorgullecen del papel de la mujer a la hora de defender la esencia de un territorio. “La plena igualdad en el sector es una cuestión que requiere tiempo, formación y decisión. Hablo a diario con mujeres y no queremos forzar que la paridad en número sea cuestión obligada, pero creemos que esto llegará, y que se rebasará”.
Lucía Fernández Rivera, CEO de Familia Fernández Rivera
El grupo bodeguero Familia Fernández Rivera, uno de los más conocidos en Ribera del Duero, está liderado por 8 mujeres de la misma familia. Concretamente, son la segunda y tercera generación de una empresa en la que cada unidad de negocio adquiere personalidad y protagonismo propio. Las bodegas Tinto Pesquera, Condado de Haza, Dehesa de la Granja y El Vínculo, y el Hotel AF Pesquera conforman la aspiración de esta familia de seguir siendo un referente en el sector.
“Cuando miras fotografías antiguas ves mujeres en las viñas, en las bodegas, haciendo tareas complementarias, dinamizando la economía familiar. La mujer siempre ha estado ahí, antes detrás de las cámaras, sin el reconocimiento que merecía, y ahora delante, con muchas ganas de hacer lo que le apasiona”, opina Lucía Fernández Rivera, directora de Bodega Tinto Pesquera. “Hay que seguir trabajando y luchando contra situaciones injustas donde se vulneran los derechos de la mujer, pero no sólo en el sector del vino”.
“Nuestra profesión no se puede llevar a cabo sin pasión. Es muy sacrificada, juegas con muchos factores impredecibles y fuera del alcance de tu control. Por lo que la ilusión, el optimismo y el buen hacer siempre están presentes en el día a día”, destaca la Directora General de Familia Fernández Rivera. “La nuestra es una empresa ‘moderna’ que premia la profesionalidad por encima del género, nos llena de orgullo trabajar junto con un gran equipo para lograr una meta y crear futuro”.
María del Carmen Borrego, propietaria de Bodegas Maestro Sierra
Autora de decenas de publicaciones científicas que han merecido numerosos premios y reconocimientos, María del Carmen Borrego Plá es doctora en Historia de América, licenciada en Geografía e Historia y profesora titular hasta su jubilación de la Universidad de Sevilla. El fin de su ciclo docente no ha mermado su actividad investigadora y divulgadora, ya que actualmente profundiza en una de sus grandes pasiones: la relación de la historia y el vino de Jerez, gracias a su doble vertiente como historiadora y bodeguera.
“En el sector aún faltan una mayor y mejor visibilidad y empoderamiento”, reflexiona la propietaria de la bodega jerezana Maestro Sierra. “Es un sector muy competitivo, en el que para visualizarse hay que hacer el trabajo muy bien hecho y ello, lógicamente, no está exento de lucha. Pero hombres y mujeres somos profesionales y estamos preparadas para realizar el trabajo encomendado”.
Martina Prieto Pariente, directora técnica y enóloga de Bodegas José Pariente
La madre de Martina Prieto Pariente, es una de las grandes mujeres del vino. Pionera en la elaboración de blancos en la hoy archiconocida D. O. Rueda, Victoria Pariente delega desde la región vallisoletana de La Seca la tarea de seguir haciendo historia con la elaboración de los vinos más auténticos y particulares de esta zona, en sus dos hijos, Martina e Ignacio.
“Las grandes dificultades las sufrió la generación anterior a la mía, la de mi madre, en una época en que ser enóloga era prácticamente una epopeya por ser el del vino un mundo mayoritario de hombres”, declara Martina, directora técnica y enóloga de Bodegas José Pariente y Bodegas Prieto Pariente.
“Hay una relación directa entre el cambio que ha sufrido el mundo del vino en los últimos años con la irrupción de la mujer en su elaboración. El consumo del vino había ido cayendo progresivamente en las últimas décadas y, con la entrada de enólogas en las bodegas, se cambiaron los métodos de elaboración y también el perfil de los vinos, en una apuesta por hacerlos más ‘cercanos’ a todo tipo de consumidor”, comenta.
“Mi madre fue una de esas precursoras que apostó por la verdejo, creando un nuevo consumidor que quizás percibía hasta el momento el vino como algo lejano. A las nuevas generaciones les diría que se formen y que luchen por sus ideas. El mundo del vino es muy dinámico y cambiante, siempre abierto a nuevas ideas”.
Con el más absoluto respeto al proceder tradicional y unos vinos que son la máxima expresión del terruño y del viñedo, Martina Prieto Pariente defiende orgullosa sus raíces: “Nuestro gran reto ahora es defender el medio rural en una época complicada por la despoblación y el abandono de los pequeños pueblos castellanos. Nuestro compromiso social es luchar por nuestras raíces y las de nuestros antepasados”.
María José Huertas, sumiller de la Terraza del Casino
Huertas es una de las primeras mujeres sumilleres que logró ocupar un cargo de responsabilidad en España, como el que ahora tiene en la Terraza del Casino, el restaurante del chef Paco Roncero en Madrid, galardonado con dos estrellas Michelin. Ingeniero Técnico Agrícola, Premio Nacional de Gastronomía y Premio Mejor Sumiller 2005 por la Academia Internacional de Gastronomía, el paladar de esta zamorana con corazón de esgrimista es uno de los más valorados.
“El vino es formación, conocimiento y, sobre todo, muchas horas de catas, viajes y entrenamiento. Para esto tenemos las mismas capacidades hombres y mujeres”, asegura María José Huertas. “Sin embargo, la conciliación sigue siendo una asignatura pendiente. Encontrar el equilibrio entre el ámbito laboral y familiar con los horarios de la hostelería”.
La sumiller considera que es bueno que en todas las profesiones haya hombres y mujeres. “La nuestra hay que entenderla como forma de vida. Hay que apostar por la formación constante, pues si el saber es la mejor arma para crecer y afianzarte en cualquier puesto de trabajo, en el caso de los sumilleres lo es más. La rentabilidad de nuestro trabajo se cuantifica en lo que aporta el vino al éxito de un restaurante. Por eso elaborar y manejar una excelente carta de vinos es un valor seguro para dar visibilidad y dejar una impronta incuestionable”.
Natalia Golding, responsable de Bodega Tesalia
Formada en enología y viticultura, Natalia Golding dirige la bodega familiar Tesalia, un ambicioso proyecto ubicado a las faldas de la sierra de Grazalema (Cádiz) y llamado a convertirse en un referente a nivel internacional. Hija de Richard y Francesca Golding, un alto ejecutivo y una amazona profesional de origen británico, Natalia lleva en los genes el talante competitivo y el amor por los caballos y el vino. Dos mundos que, pese a parecer antagónicos, exigen la misma disciplina, el mismo esfuerzo y la misma pasión.
“El día a día en la bodega me parece apasionante. Siempre hay tanto que hacer, pasan muchas cosas a la vez y es fundamental estar al 100%. No se puede dar nada por sentado, es una continua búsqueda de mejoras”, afirma Golding.
“Para mí, el que un profesional sea hombre o mujer, nunca ha sido importante. Busco mucho más allá, quiero que sea bueno o buena en lo que hace, que tengamos conexión y por supuesto, resultados”, añade. “En Tesalia somos casi todo mujeres, pero la sensibilidad profesional la aporta el carácter de cada uno, no su sexo. Que el vino es cosa de hombres es un pensamiento desfasado. El vino tiene que estar bien hecho, con mimo. La calidad es lo que importa”.
Patricia Balbás, Directora Comercial de Bodegas Balbás
Nacida en Aranda de Duero y séptima generación de la familia Balbás, Patricia no ha cumplido los 30 pero desde hace tres años se encarga de la dirección comercial de la bodega. Ingeniera Mecánica de formación con Máster en Ingeniería Industrial, terminó sus estudios con Matrícula de Honor, pero fue su pasión por el mundo del vino lo que hizo que tomara la decisión de desarrollar su carrera profesional en este sector y continuar con la empresa y el legado familiar.
“El mundo del vino es un reflejo de la sociedad, no muy distinto a otros sectores. Poco a poco avanzamos hacia esa igualdad laboral, pero para seguir progresando necesitamos ser más las mujeres a las que no nos importe que determinados sectores o puestos hayan estado históricamente ocupados por hombres. Cada día somos mayor número de mujeres trabajadoras, independientes y sobradamente preparadas dispuestas a luchar por cumplir nuestras propias metas”, determina.
Bodegas Balbás es una empresa familiar, y Patricia siempre he tenido claro que quería trabajar y luchar por ella. “No puedo decir que me haya costado alcanzar un puesto de responsabilidad, pero sí defenderlo. En este mundo los hombres continúan teniendo gran peso y en mi caso, que soy mujer, muy joven y ocupo un puesto de responsabilidad, he tenido y tengo que luchar mucho más. La cuesta es más dura, pero una vez superados esos dos escalones, hablamos entre iguales”.
Su consejo para las nuevas generaciones de mujeres del vino es clave: “Que se fijen un objetivo ambicioso y no paren hasta conseguirlo por difícil y complicado que pueda parecer. Que luchen por lo que quieren y nunca renuncien a su independencia”.
Rocío Osborne, directora de Comunicación de Osborne
Más de 300 miembros de la misma saga familiar forman parte del Grupo Osborne, pero actualmente sólo dos mujeres pertenecen al equipo de empleados. La primera fue Rocío, sexta generación de estos maestros bodegueros, quien tras años de formación en diferentes sectores pudo optar al puesto de directora de Comunicación y Relaciones Públicas del grupo.
“Cuando empecé a trabajar en el mundo del vino hace casi 15 años notaba ciertas barreras por ser mujer y ser joven, pero a lo largo de estos años hemos hecho un gran progreso en este sentido. Muchas mujeres son enólogas, equipos de venta tradicionalmente masculinos ven como muchas mujeres se incorporan a sus equipos, e incluso se han lanzado marcas en los mercados internacionales dirigidas a un público casi exclusivamente femenino. Soy optimista en cuanto al futuro del papel de la mujer en el vino”, confía.
Con su entrada en el grupo, Rocío Osborne está consiguiendo cambiar algunos de los clichés más extendidos del sector, como que el brandy es cosa de hombres o que a los jóvenes no les gusta al vino. Lo hace con una manera de comunicar fresca y directa, que rompe con la imagen estereotipada del vino y se dirige a mujeres cosmopolitas, sofisticados y con interés por la gastronomía.
“El reto es acercar la cultura del vino a los jóvenes. Y para ello el mundo del vino tiene que hablar su idioma, ser menos inalcanzable e intimidatorio, y más cercano y cotidiano. Con el auge de la gastronomía, el vino debe apostar por vincularse a esta, ya que es la mejor forma de disfrutar de ambos mundos”, explica. “En otros países se aprecia un consumo de vino mayor por parte de las mujeres, en España es más equitativo”.
Fuente: Periódico El Español
Autor: Laura Lara