El 2022 ha empezado como un año lleno de retos para la industria de vinos y licores a nivel mundial, y uno de los dolores de cabeza más grande para todos, ha sido claramente el plan de acción para acelerar la implementación de la estrategia mundial para reducir el uso nocivo del alcohol 2022-2030 que propone la Organización Mundial de la Salud.

Asovinos, como Asociación promotora de la Industria vitivinícola en el País, defiende e impulsa la moderación, el autocuidado y la legalidad, porque somos conscientes de que es la forma en la que se puede disfrutar lo mejor de tomar, sin lo malo de excederse.

De igual manera, no somos los únicos que criticamos estas medidas propuestas por la OMS, pues diferentes países de todo el mundo empiezan también a mostrar el rechazo de estas iniciativas tan banales en el sector, tomando acciones claves que representan un fuerte avance para la industria, donde se demuestra que el problema no es beber sino hacerlo responsablemente y esto implica desde promover su consumo moderado hasta saber el origen de lo que tomas y a quién se lo compras. Porque debemos tener claro que el concepto de consumo responsable no sólo es la cantidad de licor que se consuma, sino también su calidad y que sea un producto que cuente con todos los estándares legales. En pocas palabras, la calidad tiene precio.

De esta forma, quiero resaltar algunos casos que demuestran que, por contrario a lo que plantea la OMS, nuestra Industria debe seguir aportando de manera responsable a la economía mundial:

  • Según un informe del Centro Instituto de Gestión Económica en Vietnam, durante los últimos quince años, el impuesto especial al consumo de alcohol y bebidas espirituosas se incrementó cinco veces, pero los consumidores habrían respondido comprando bebidas alcohólicas baratas o ilícitas.
  • El profesor Nicolai Worm, nutricionista de la Universidad de Giessenque en Reino Unido dijo que un estudio de más de 120.000 personas realizado en 2014 encontró que aquellos que informaron su consumo de alcohol no tenían un mayor riesgo de cáncer. Enfatizando que el cáncer es una enfermedad multifactorial, y que debían tener en cuenta otras variables como el tabaquismo, la edad, la obesidad, el ejercicio, etc. Además, enfatizó la importancia particular del ejercicio regular, señalando un estudio de más de 36.000 hombres y mujeres mayores de 40 años, donde el riesgo de cáncer no aumentó para los participantes muy activos, incluidos aquellos que bebían en «niveles peligrosos».
  • La vicepresidente de ciencia y salud del Consejo de bebidas espirituosas destiladas de los Estados Unidos Amanda Berger se opuso a un artículo en el Washington Post que citaba un estudio que sugería que las muertes relacionadas con el alcohol habían aumentado en 26% en 2020 debido al aumento del consumo de alcohol durante la pandemia. Berger señaló que, aunque incluso una muerte sea relacionada con el alcohol es demasiado, la investigación demostró que la proporción de muertes relacionadas con el alcohol aumentó solo en 0,2 puntos porcentuales. Si bien señaló que algunas personas no deberían beber y que nadie debería conducir bajo los efectos del alcohol, aseguró que la mayoría de los estadounidenses que eligen beber lo hacen de manera responsable.
  • El Dr. Harding, ex miembro del Grupo de Trabajo sobre Consumo Racional del Departamento de Salud del Reino Unido argumenta que décadas de estudios han encontrado consistentemente que el consumo regular y moderado de alcohol tiene un efecto protector favorable sobre las enfermedades cardiovasculares, así como sobre la mortalidad general. Además, un estudio señala que el consumo de vino se asoció con un riesgo reducido.

Todos estos puntos expuestos no solo representan un gran avance a modo de investigaciones en cuanto el consumo de alcohol a nivel mundial, sino que también demuestra que la OMS no se ha planteado el peligro para la sociedad, y la salud pública además de todas las otras consecuencias que conllevaría llevar a cabo su Plan de Acción.

Así mismo, hablar de forma indistinta del consumo de bebidas alcohólicas y el consumo nocivo de las mismas, desprestigia una bebida y cultura milenaria como la del vino, con la que no están haciendo diferencia. Recordemos que el vino es una de las bebidas más antiguas de la historia de la humanidad y con la que se han identificado muchas culturas. En efecto, constituye una bebida especial y simbólica que ha acompañado al hombre desde sus orígenes.

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