Los primeros que decidieron fundar el gremio fueron Dislicores y el Grupo Éxito. Ahora también hacen parte otras empresas como Manuelita, John Restrepo A. y Cía S.A., Viñas Botique y Moët Hennessy.
Este martes la Asociación gremial de productores, importadores y comercializadores de vino (Asovinos), dio a conocer su razón social, sus logros y retos en la industria de los licores. Además, presentaron su protocolo de autorregulación que coordina el programa de consumo responsable, del que son pioneros en Colombia.
Asovinos surgió durante la discusión del proyecto de ley 189 de 2016, actualmente conocida como Ley 1816 de ese mismo año, que buscaba incrementar los impuestos. «Nos pareció vital unirnos para tener una voz que no sólo representara los intereses del vino en nuestro país, sino que abogara por el crecimiento de la categoría y el impulso de la cultura del vino en el marco del consumo responsable», explicó Luz María González de Bedout, abogada y directora ejecutiva de Dislicores, quien es la presidente de la asociación.
Entre los primeros logros de Asovinos, consiguieron que el Congreso acogiera la propuesta que tenían de diferenciar el vino de otros licores: «Logramos que la tarifa del impuesto al consumo, tanto en el componente ad-valorem (según el valor), como en el específico, fuera distinta y menor para los vinos y aperitivos vínicos». Por ejemplo, los vinos tienen un componente específico de $150 por grado de alcohol y un componente ad-valorem del 20%, mientras que el resto de licores tienen un valor específico de $220 y un 25%, respectivamente, adicional a un impuesto sobre las ventas del 5%, tanto para los vinos como para los licores en general. Por el contrario, la normatividad anterior tenía únicamente una tarifa de impuesto al consumo por los grados alcoholimétricos del producto.
De igual forma, gracias al apoyo de embajadores de distintos países con tradición vinícola, lograron que los precios de los productores e importadores tuvieran mayor injerencia en la determinación del precio promedio de bebidas alcohólicas que certifica el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) como base gravable del componente ad-valorem del impuesto al consumo, debido a que «esta entidad no tuvo en cuenta dicha información para la certificación del 2017, ni tampoco tuvo en cuenta a los mayoristas que tienen precios más bajos».
Por lo que Asovinos tiene un reto actual y es lograr que el Dane publique la metodología que usa para certificar el precio de venta al público, porque sin tener precisión «de una certificación estática de un precio por un año, impacta profundamente la estrategia comercial de las empresas», lo que significa, según González de Bedout, que cuando se bajan los precios, «el impuesto sigue siendo el mismo durante todo el tiempo que dure el precio certificado; o cuando hay cambios de importador o distribuidor de un producto o una línea, el nuevo importador queda sometido a pagar un impuesto con base en una certificación hecha a partir del precio que vendía el anterior».
También lograron eximir a los vinos y aperitivos de la obligación impuesta en la Ley 1816, de tener una nueva etiqueta que indique que el producto fue elaborado «para consumo en Colombia,» a pesar que la etiqueta es únicamente para bebidas destiladas; las razones que motivaron la discusión en el Congreso al imponerla no fueron asuntos de salubridad o sanidad sino impedir el contrabando que, según el concepto de la directiva gremial, «es un tema que aún no aflige a los vinos y aperitivos vínicos como sí a los destilados». Sin embargo, considera que dicho logro se ve amenazado por un borrador de un proyecto de decreto del Ministerio de Salud que reglamenta esta normatividad, en el que se señala que debe exigirse en todas las bebidas alcohólicas.
Como otro logro para destacar, Asovinos consiguió que se retirara el proyecto de ley que pretendía aumentar la edad para consumir bebidas alcohólicas a los 21 años.
Cabe resaltar que esta es la única asociación de la industria de bebidas alcohólicas que «lidera y coordina un programa de consumo responsable para sus asociadios», labor que ha sido reconocida por miembros del Congreso.
En el protocolo de autorregulación se educa sobre lineamientos para promover la prevención del consumo de alcohol para menores de edad, el respeto por las normas que indican lugares inadecuados para el consumo de alcohol, la prohibición de conducir bajo sus efectos, entre otros.
En el mediano plazo, también buscan que el requisito sanitario de buenas prácticas de manufactura, «se exija con unas condiciones más favorables para los pequeños viñedos que tienen un enfoque artesalnal o tradicional», señaló González de Bedout, explicando que, a su vez, implementatrán planes de gestión integral de residuos de envases y empaques, a pesar de las cargas que ya tiene el mercado de vinos y sus aperitivos.
La directiva de Asovinos finalmente expuso que están en el proceso de adherirse al programa «Wine in Moderation», ya que están convencidos de la importancia de promover hábitos de consumo responsable y continuarán fortaleciendo las alianzas internacionales como forma de obtener apoyo para seguir logrando sus objetivos. «Hoy somos la única asociación colombiana que pertenece a la Federación Internacional de vinos y Espirituosos (Fivs)», que fomenta el intercambio de información y de buenas prácticas en el sector», concluyó.