La Dieta Mediterránea: Un camino de redención para la industria vinícola

  • Si nos concentráramos en revisar toda la literatura científica existente sobre los beneficios del vino para la salud humana, no acabaría estas líneas en las que quiero dejar por sentado la persecución de la que está siendo víctima la industria vitivinícola y en la que, sin lugar a duda, la Dieta Mediterránea puede darle un espaldarazo.
  • Las bebidas alcohólicas como factor de riesgo de diversas enfermedades dependen significativamente de la cantidad, el tipo de bebida, así como de los patrones y contextos de consumo.
  • Promover el consumo moderado de bebidas alcohólicas, la actividad física, mantener un peso saludable y una dieta equilibrada, ¿será la solución para reducir los índices de morbilidad y mortalidad causados por el uso nocivo de bebidas embriagantes?

Con el Plan de Acción propuesto para el período 2022 – 2030 por la Organización Mundial de la Salud -OMS, para reducir el Uso Nocivo de Alcohol, se reviven antiguos debates sobre los enfoques diferenciales que deben hacerse sobre el vino con relación a otras bebidas embriagantes, por lo menos en lo que tiene que ver con los beneficios que este trae para la salud si se consume con moderación y acompañado de otros hábitos de vida.

Desde hace 6 mil años aproximadamente hasta la actualidad, el vino ha sido considerado como un alimento en muchas culturas y territorios, la Dieta Mediterránea es la prueba de ello. No obstante, aunque la misma OMS ha instado a difundir este estilo de alimentación y destaca que está directamente vinculado con una menor tasa de mortalidad gracias a sus efectos en la prevención de enfermedades crónicas, no la ha tenido en cuenta para proyectar su más reciente Plan de Acción, y ha satanizado en general todas las bebidas embriagantes, incluyendo el vino.

La Dieta Mediterránea se caracteriza por incluir un alto consumo de alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, nueces, legumbres, cereales, así como pescado y mariscos, aceite de oliva virgen extra; y, aconseja una ingesta moderada de aves (carnes blancas), de vino con las comidas y cantidades bajas de productos lácteos, huevos, carnes rojas y carnes procesadas.

Para confirmar los efectos positivos del vino sobre la salud y, muy especialmente de la Dieta Mediterránea, el Comité Européen des Entreprises Vins -CEEV, quien representa a las empresas de elaboración y comercio de vino de la Unión Europea, ha colaborado en diversos estudios científicos con expertos del Wine Information Council -Consejo de Información del Vino, en los que se ha demostrado que los consumidores moderados de vino parecen tener un menor riesgo de cáncer u otras enfermedades, en comparación con los abstemios o los que beben en exceso.

La explicación que sustenta la anterior premisa, la tienen los polifenoles específicos del vino como el resveratrol, el cual produce un control en la apoptosis celular de diferentes tipos de cánceres mediante un aumento de las especies reactivas de oxígeno, así como también el retardo en el crecimiento de estas.

Adicionalmente, se le atribuyen efectos positivos en el sistema de coagulación, que puede explicar la reducción en el riesgo de las enfermedades cardiovasculares ECV, aunque cabe destacar que son necesarias más investigaciones en humanos, puesto que las llevadas a cabo, hasta ahora, se han hecho en laboratorios.

Como se puede ver, en definitiva, el incremento de riesgo de sufrir enfermedades crónicas y de morir a causa de ellas se debe a muchos factores, entre los que es innegable, está el uso nocivo de bebidas alcohólicas, pero como ya lo he dicho, con moderación, las bebidas alcohólicas y muy especialmente el vino, tienen muchas cosas positivas para aportarle a la vida de las personas, entre ellas ser un suplemento dietario y un aglutinador social por excelencia.

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